miércoles, 10 de junio de 2015

POSTIMPRESIONISMO

El postimpresionismo agrupa diversas tendencias pictóricas que surgieron en Francia entorno a 1880-1905 como reacción al impresionismo.
Las raices de este término o movimiento artístico, Postimpresionismo, habría que buscarlas en Francia hacia 1884 con la fundación por Seurat y Signac de la Sociedad de Artistas Independientes; aunque el término en sí, fue acuñado por el crítico británico Roger Fry en 1910, con motivo de la exposición organizada en Londres bajo el título de “Manet y los postimpresionistas”. En esta exposición participaban: Cézanne, Gauguin, Van Gogh y Matisse, aunque por entonces, los tres primeros ya habían fallecido.
Aunque los postimpresionistas basaron su obra en el uso del color experimentado por los impresionistas, reaccionaron contra el deseo de reflejar fielmente la naturaleza y presentaron una visión más subjetiva del mundo. Continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura.
Este nuevo movimiento propugnado por los disidentes del Impresionismo, perseguía la síntesis en vez del análisis del color, la perfección en lugar de la sensación óptica, la expresión del tema tratado sobre cualquier otro efecto de visión, y otorgaba al pintor -y con él el espectador- un papel más activo, una mayor participación en el análisis psicológico y emocional de los acontecimientos, en lugar de limitarlo a la pasividad de un mero observador.

El impresionismo, con su afán por captar la luz del natural, había ido disolviendo las formas en su ambiente y todos los elementos del cuadro habían ido perdiendo volumen, dibujo y sentido del espacio. En los últimos años del XIX y principios del XX nos encontramos con unos pintores que partiendo del impresionismo, derivan hacia una pintura personal que anuncian algunos de los movimientos pictóricos más importantes del siglo XX. El postimpresionismo supone entre otras cosas una recuperación de la importancia del dibujo y de la preocupación por captar no sólo la luz sino también la expresividad de las cosas y de las personas iluminadas. su trascendencia para la evolución del arte es, si cabe, mayor que la de los pintores impresionistas.
INFLUENCIAS- De los impresionistas, el gusto por los contrastes de colores en Cézanne.- De Rubens, de los neoimpresionistas y de la estampa japonesa, el rico cromatismo, los colores puros y la cursividad fluyente de las formas en V. Gogh- De las culturas exóticas de Oceanía, el primitivismo en Gauguin.

Las características principales del Postimpresionismo son:

·         Se concibe el arte como una actividad específica con reglas y realidad propia, distinto al entendimiento del arte como reproducción ilusoria de la realidad.
·         Interés por la construcción de la forma, el dibujo y la expresividad de los objetos y figuras humanas.
·         Conciliación entre efecto volumétrico (conculcado por el fulgor luminoso impresionista que casi había desmaterializado las formas) y el gusto puramente estético (Cézanne).
·         Concepción del cuadro a base de cuerpos rigurosamente geométricos (Cézanne).
·         Se elimina la perspectiva en profundidad, se descompone la corporeidad de los objetos a elementos geométricos básicos; se crea la teoría científica de los colores denominada cromoluminarismo.
·         Empleo de colores contrastantes para distendir y definir los planos y formas.
·         Efectos pictóricos basados en búsquedas estructurales, espaciales y cromáticas.
·         Utilización de colores puros con gran carga emotiva (Van Gogh) y modulados (Gauguin).
·         Creaciones imaginativas a base de pinceladas cursivas que intentan expresar la angustia y el desconsuelo interior (Van Gogh).
·         Interés por lo exótico (Gauguin) y los bajos fondos (Toulouse-Lautrec).
·         Creación de composiciones simplificadas y estáticas, buscando la armonía de las masas cromáticas encerradas en perfiles bien ceñidos (Gauguin).

Los pintores postimpresionistas
Paul Gauguin. Se inicia en el impresionismo con Pissarro; deja una vida confortable, familia, mujer e hijos y se instala pobremente en París y Bretaña y después se traslada a Tahití, donde pinta sus series de mujeres tahitianas. Destaca por el uso tan expresivo que hace del color con tonos fuertes, vivos y muchas veces arbitrarios que dispone en grandes planos delimitados por ritmos lineales curvos. Tiene dos temas preferentes: el mundo exótico de Tahití y el "primitivismo" de Bretaña. Su obra es preferente del simbolismo y su sentido del color influirá en los fauvistas y expresionistas. Renuncia a la perspectiva, suprime el modelado y las sombras e identifica la sensación de plano igual que en las pinturas japonesas.
Paul Cézanne. En su pintura se recupera el volumen gracias a la geometría, el dibujo y la definición de las formas mediante pinceladas que han sido llamadas constructivas; todo esto sin renunciar al color de gran intensidad mediante los contrastes y las sombras coloreadas. En sus cuadros se potencia el primer plano y realiza pequeñas distorsiones fruto de la utilización de más de un punto de vista (bodegones). Su pintura es el punto de arranque del cubismo y ha influido en coloristas como Matisse. Los jugadores de cartas, la montaña de Santa Vitoria..
Van Gogh. Se establece en Arlés entusiasmado por la luz de la Provenza pinta figuras y paisajes de formas serpenteantes y flamígeras que traducen su fuego interior. Es un apasionado del color como vehículo para expresar las frecuentes depresiones y angustias que padeció. Su pincelada es muy característica, sinuosa, cursiva y espesa; los colores son a veces agresivos con contrastes no frecuentes- amarillo sobre naranja-. Abre las puertas al expresionismo del XX. Autorretrato, Noche estrellada, La siembra,...
Toulouse-Lautrec. Nos refleja el ambiente de los salones nocturnos: bailarinas, cantantes y prostitutas son sus modelos. En su técnica el dibujo, la captación del movimiento y la carga irónica y caricaturesca es esencial. Fue el impulsor del cartel. En sus obras, destaca: Moulin Rouge.



Jugadores de cartas, Paul Cézanne, 1890.

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